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ROJAS SON LAS CALLES DE LA CIUDAD


El hombre sentado sobre una banca, observó hacia el horizonte unas nubes negras que deambulaban por el cielo efímero y azul. Eran las tres y media de la tarde y lo supo al preguntárselo a una joven universitaria que pasaba por la acera y que apenas lo reparó de arriba abajo con disimulo ocultaba su reloj y su móvil telefónico en su bolso. Sin embargo, ella se sentó a su lado, le dijo la hora, que vivía en un barrio a las afueras de la ciudad, que pronto daría a luz y que su hija nacerá sin su padre al lado, ya que se mudó a otra ciudad con su mejor amiga. La chica fue un oasis en sus pensamientos y pronto ella se marchó a la india a coger una buseta. Él, al voltearse ella, le miró las nalgas ajustadas en ese traje guajiro que invitaba a devorárselo, pero no tenía ánimos de conquista y con esa llevadera. 
Media hora mas tarde, su mirada se detuvo y se encarrilaron hacia unos ojazos negros. Ambos se cruzaron las miradas y él pensó que tendría sexo hoy. En el mismo momento su estomago le crujía y sentía que sus tripas le estaban devorando las pocas fuerzas que le quedaban, de una noche maldita dormido en la banca de un parque. Sudaba y recordaba que su calzoncillo estaba embenbado y roto por ambas partes. Quizás era la razón, para que sus genitales danzaran en su pantalón levis. Otra vez miró, pues pensaba que era una ilusión. Sin embargo, sus ojos no lo engañaban, era la chica más linda que jamás habían visto, el cerebro estaba de acuerdo por primera vez. 
Esa imagen hermosa fue reproducida en quince partes por sus ojos. Primero intervino el Iris y la cornea, allí era una princesa egipcia, luego la esclerótica, la coroides y la retina, todo era imágenes confusas pero quedaba la esencia. Siguieron, la mácula, el disco y el nervio óptico, aquí soñaba que la tenía prendida por el jopito y que ambos disfrutaban del sexo anal. Se sumaron vena y arteria central retineana para desollar los prejuicios y realizarse ella en la región púbica un tatuaje Tairona, él pintarse un poema de Borges en toda la punta del pene, en letras así de pequeñitas. Siguiendo con la suma, musculo recto interno y externo, el amor vence todos los obstáculos, menos la aprobación de los suegros que creen que tú eres un maldito gamín en busca de mejor suerte. Por último, musculo ciliar y zònula de Zinn, en esta recamara, dejas que todos tus sueños estén en éxtasis, es una extraña sensación de alivio, de recuperación del sentido y del todo con lo fragmentado y estas con ella en lugares que jamás reconocerías y que en sueños los disfrutas pero que al recordarlos en la realidad te das cuentas que no son, que nunca estás de acuerdo en relatar todo lo que soñaste con la exactitud requerida por ti y tus emociones.
Al volver de las imágenes psicoanalíticas a aquel lugar y recordar que su saliva era amarga como el más cruel de los infiernos, sintió un halo de efervescencia. Era como si tuvieras las ganas necesarias para luchar por algo o por alguien o así sea una idea y argumentarla. Finalmente, descubre que su vida, al menos por un segundo, fue reservada para ver en este momento a la mujer de sus sueños. Aparte de las fotografías en las revistas de modas o las mujeres que salían en ropa interior en la televisión, no daba crédito que alguien tan atractiva estuviera sola en estos parques, visitado asiduamente por los drogadictos y gamines, poetas,  escritores mediocres y políticos ahogados. Era muy peligroso para las preciosidades, que sin ninguna prevención dieran un paseo matutino.

Sin embargo, observaba con frialdad, impávido, que un par de tipos con un cuchillo grande la tomaban por las muñecas de las manos y por la espalda y se la llevaban hacia el interior de unos arbustos del parque. Su primera impresión, (o ya la había calculado todo) era la de matar a esos tipos a punta de mentiras y fantasías, pues era lo que más sabía hacer en la vida. Pero su actividad de gamín rockero que había practicado durante toda su adolescencia en las calles de Medellín, le enseñó que era mejor enfrentarlos. Si en verdad quería que la chica quedara libre solo para él. Sintió miedo, pero no aquel que se siente cuando gana tu equipo favorito de futbol la semifinal y espera que mañana en la final no la embarre. Fue un miedo atroz, que le llegaba a la sangre y era emitido por los dos hombres, que sin lugar a dudas cuando lo vieron pensaban que era una broma. ¿Un saltimbanqui? Como un rayo estuvo en frente de los dos hombres y se enfrentó, estos respondieron con certeros sablazos de cuchillo a la cara y cuello de Iván. La mujer quedó tendida en el piso y con el cabello desordenado por el empujón que segundos antes le había hecho uno de los delincuentes. La pelea era desigual y ningún superhéroe vendría a rescatarlo, Iván pensó en Acuaman o Dick Tracy o algo así, pero recordaba que estos personajes jamás habían hecho nada por él y que no sé porque ahora harían su trabajo. De manera que la pelea se inicio con el driblin de Iván a uno de ellos. Aprovechó que el mismo sujeto de Medellín, le enseñó algo de karate y en la oportunidad requerida, le rompió la jeta con un movimiento rápido de manos al primero y al segundo solo bastó un codazo en la cara para que el cuchillo cayera al piso. Recogido por Iván el objeto corto punzante, la situación era la oportuna para exhibir sus dotes de héroe. En efecto, los tres hombres parecían tres fieras danzantes en mitad de una lucha en la selva y el jadeo y la respiración pesada se escuchaba por todo el parque. Los pájaros se espantaron desde las copas de los árboles y huyeron. Pronto, Iván entendió que tenía el mando de la situación y que iba a darle césped hacia el otro mundo a este par de piltrafas. Recordó de niño, que en la correccional de menores siempre era el más molestado y casi siempre como una maldición, era quien daba los mejores golpes en las peleas y salía de allí como un héroe y a la vez como un matón. Lo notorio, es que era seguido por los demás chicos, pero en el fondo quería estar solo. Encerrado en su celda meditaba todo el tiempo, hasta pensaba en el garrapateo de las cucarachas sobre los techos de los baños de la cárcel y el ruido de las gotas de agua que salían de los grifos mal cerrados y que caían al piso lentamente. No dejaba que las adulaciones lo distrajeran de su verdadero objetivo: escapar. En esos momentos, le pareció oportuno escapar y ahora que su vida o su destino, se la jugaba por una mujer desconocida, ¿porque no hacia la mismo? Su interrogante, le daba vueltas en la cabeza y al parecer no le importó, querría enfrentarlos a muerte. Sin notar ni un segundo el cambio de gestos en la cara de los secuaces, estos giraron media vuelta y se dieron a la fuga. Huyeron como ratas en fiesta de gatos hambrientos. También, porque unos policías que fueron avisados por algunos residentes del sector, vinieron al llamado y salieron en sus motos raudos, persiguiendo en una acción de película a los tipos.  




Comentarios

  1. compa esta mocho!! q paso con la vieja y el man cuando se despertó estaba en una prisión o en la playa insolado ...

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    1. jejejejej para nada , recuerda que no era una ilusión era la forma de estar en el mundo de un ser anónimo y sin suerte.

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