En la parte de atrás En silencio estoy Con mi mano jugando a ser dios y pintando La ciudad dentro de mí. Imagino que le digo al conductor que desvíe su ruta hacia la playa de Marbella pues, allá hay olas y una vista que jamás coincide Con el tráfico. Siento mirar un enorme bus como un acróstico dentro de la arena, es una señal rustica del autobús, su pintura, sus muebles sus luces laterales, su asiento del conductor sus llantas lisas, la enorme trompeta, el claxon su palanca de cambios a punto de soltarse de su sitio, sus tornillos medio puestos, sobre el piso El bus solitario con matricula de Cartagena.
Escritor, mas soñador que Escritor.