SOLES PERDIDOS EN BARES AZULES
A Luis Carlos López
¡Dejaré mi pellejo en vuelos de agostos,
Para guardar mil secretos en el cuarto de
Vivienda popular!
Y allí estaré solitario, dibujando una
Risa foránea y triste.
Me soltaré bajo la luz del camino, dejando en
Mi lecho la agonía de Pericles, que ha resignado
El legado Griego a un viejo amor de infancia.
Mi risa estará ancha, como las manos de mi madre,
Y se acabará la luz de la tarde en el cuarto, todo será oscuro
Como las esperanzas del abuelo para recuperar su juventud, en las
Miradas desde la ventana al Bar Caribe de la Avenida.
En la mañana me levantaré, y elevaré anclas
Hacia la Universidad, en ese sitio de invaluables
Torpes, mi cuerpo se iluminará con el aroma de
Los gusanos, pues los atardeceres académicos, los
Pasaré observando un grano rojo recién salido
De mi rostro de Satán.
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