No se en que año y para que época la música clásica llego a mis oídos para quedarse. Aquellas épocas por allá en el año de 1989 y cuando se emitía el primer capitulo de la serie Los Simpson, mi maestro de música que se parecía a Jay Sherman como un loco siniestro tocaba con habilidosas manos un piano en el salón de música en el colegio Inem. Nos recordaba el do si re fa, mientras que yo un poco nervioso miraba hacia el techo de iscopor que estaba agrietado por miles de lapiceros kilométricos. Mi primer contacto con la música clásica fue esa, pues antes estaba lo que mi familia me había introducido de forma ciega, lo del Joe Arroyo, la música solle, diomedez diaz, y un tipo como el Alfredo Gutierrez. Después de eso y mi fracaso con la flauta me di por explorar nuevos aires musicales y llegué a la champeta criolla. Otro fracaso musical, llegué hasta cogerle fastidio ya que un vecino nos brindaba un concierto gratis cada sábado y no nos dejaba dormir con ese tremendo aparato que armó con sus sueldo de vigilante y muchas privaciones de el y su familia. Aun sigue siendo un misterio para mi, para el yo personal el aprecio por esa música Es mas muchos de aquellos compositores que en su mayoría se escriben de forma rara y cómica como es el caso de Mozart, Bach, Vivaldi, Beethoven y muchos otros llegaron a mi cuando ya yo era un treiton. Por lo menos llegaron como aquellas cartas perfumadas de los románticos del siglo XVIII a sus musas de inspiración A la vez supe de maestros nacionales como Antonio Maria Valencia. (http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/musica/blaaaudio/compo/valenbr/audio/emo1.mp3) un caleño que se fue a estudiar a París y que realizó muchas composiciones deleitándonos con la simbiosis entre clasicismo y bambucos y hasta currulao. Aun hoy extraño esa sutileza de las formas musicales que nunca ha estado presente en mi educación musical, lo que cuesta entender ya que somos un país con tan variada y ricas expresiones musicales que los contenidos en los colegios se muestran vacíos en referencia a la educación musical tanto nuestra como la clásica . Ojalá estos festivales por lo pronto, si llega a una sola alma creativa para hacer música clásica con genialidad; estos festivales concretaran creo yo su principal objetivo, encontrar genios creativos para que siga el legado de la musicalidad.
En la sala se respira paz. Mi madre con una cuchara le embute un bocado a su nieto. En aquella sala se encuentra el hijo de mi madre (o sea yo) y está mi sobrino A. Observo a mi madre, observo que la complejidad que argumentaba el complejo de Edipo esta todo escondido bajo el poder dictatorial de sus canas. La sala se encuentra bajo los efectos de la tarde que levanta el polvo que nadie ha barrido. Una madre es una madre donde sea, y ella se llama Edipa Rey. Lo vulgar del asunto es que me ha mandado a comprar un refresco para A- a lo que A me observa y me dice tío -. Por primera vez me doy cuenta que somos seres indefensos frente al complejo de Edipo.

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